Dirigida a trabajadores que se encuentran expuestos a diversos riesgos dado a su actividad operativa, ambiente físico y/o geográfico donde se desenvuelvan. Permitiendo identificar, en función de sus predisposiciones de aprendizaje experiencial y conocimientos teórico – prácticos tendencias de este para asumir conductas de control o potenciadoras de riesgo.
En aquellas industrias donde las conductas de autocuidado son de mayor relevancia, dada la naturaleza propia del trabajo, es importante considerar todos los factores que conforman el mundo laboral. Además de evaluar la conducta personal de aversión al riesgo, también hay que monitorear la dimensión psicosocial, donde encontramos un sistema de turnos que provoca alteraciones en la vida familiar, el ritmo de trabajo duro, exigente y sometido a un constante peligro, acompañado de jefaturas sometidas a estos mismos elementos, que por el estrés, no ejercen de buena forma su liderazgo. Todo este contexto provoca un desgaste ocupacional importante en los equipos de trabajo, lo que tiene repercusiones en la salud física y psicológica de los trabajadores, así como efectos sobre los resultados del trabajo y sobre la propia organización.